¿Por qué la mayoría de cursos online no funcionan (y cómo evitar perder tu tiempo y dinero)?

por | Desarrollo Personal

Los cursos online están por todas partes. Hoy en día, hasta tu cuñado te puede vender un PDF y llamarlo “formación premium”.
Y claro, entre tanto humo, es normal que muchos terminen hartos, quemados y desconfiando de todo lo que huela a curso digital.

Quizás ya te comiste uno de esos programas que prometía “libertad financiera en 3 semanas” y lo único que conseguiste fue perder tiempo, dinero y fe en la humanidad. No eres el único. A todos nos han intentado colar una de esas.

Y lo peor es que, por culpa de esas malas experiencias, muchos terminan tirando la toalla y descartando de golpe todos los cursos, incluso esos pocos que de verdad pueden marcar una diferencia brutal en tu vida.

Te entiendo. Yo también estuve ahí, con la ceja levantada y el escepticismo en modo defensa personal.

Pero también te digo esto: sí existen cursos que valen cada maldito euro.
Que no te venden cuentos de hadas, sino que te enseñan a construir algo real. Y si los aplicas con cabeza y constancia, te transforman la vida.
Como me pasó a mí.

Y es por eso que estoy escribiendo esto.


Aquí entro yo, Santiago Smith, creador de Digital Talent, no para endulzarte los oídos ni lanzarte más promesas vacías, sino para darte herramientas reales, criterio afilado y claridad brutal.

Porque si hay algo que he aprendido tras años de comerme cursos, analizar formaciones y separar el grano de la paja, es que no todo está perdido… si sabes dónde mirar.
Y ese es justo el propósito de este artículo: ayudarte a recuperar la confianza (sin tragarte más humo) y que aprendas a elegir con cabeza, no con desesperación.

¿Por qué tantos cursos online no funcionan?

Vamos a dejar algo claro desde el principio: no es que todos los cursos sean una estafa. Pero sí es verdad que hay un montón que no están diseñados para que aprendas, sino para que compres.
Y ahí está el problema.

Aquí van algunos motivos por los que muchos cursos online acaban siendo una decepción (o directamente una tomadura de pelo):

🚩 Están diseñados para vender, no para enseñar

Muchos creadores invierten más en grabar anuncios de postureo que en preparar el contenido del curso.
Todo entra por los ojos: la landing es preciosa, el vídeo tiene drones y música épica… pero cuando entras, te encuentras con vídeos flojos, sin estructura, y contenido reciclado.
El curso parece más una excusa para capturar tu email y meterte en una cadena infinita de upsells, más que un proceso formativo serio.


🎩 El instructor es puro personaje

Hoy en día, cualquiera con un micro y un Canva se autoproclama “mentor”.
Pero luego rascas un poco y descubres que nunca ha hecho lo que dice enseñar, o que su mayor logro es venderte el curso en sí. ¿Currículum? Un hilo viral y 10k seguidores. Lo demás, humo.

👉 Consejo Santi: Googlea al instructor antes de comprar. ¿Ha aplicado lo que enseña? ¿Hay pruebas de sus resultados? ¿Tiene una comunidad real o solo fans con emojis?


📺 Son una playlist de vídeos que podrías encontrar gratis en YouTube

Muchos cursos no son más que un recopilatorio de teoría, grabada con prisas, sin contexto ni aplicación práctica.
Y lo peor: ni siquiera están personalizados para tu nivel.
Si estás empezando, te pierdes. Si ya tienes experiencia, te aburres.

👉 Consejo Santi: Un buen curso no solo te enseña qué hacer, sino cómo aplicarlo a tu caso específico.


💤 No hay soporte, ni guía, ni seguimiento

El famoso “a tu ritmo” suena bonito… hasta que te atascas y no hay nadie al otro lado.
Un buen curso debería tener alguna forma de acompañamiento: un tutor, una comunidad, mentorías, algo.

👉 No estás pagando por vídeos. Estás pagando por un camino claro y alguien que te ayude si tropiezas.


😒 El contenido está desactualizado

Un clásico: compraste el curso en 2025 y te enseñan herramientas de 2020.
O peor: te hablan de “tendencias actuales” usando capturas de pantalla con diseño estilo Windows XP.

👉 El mundo digital cambia cada mes. Si el curso no se actualiza, te están vendiendo una brújula rota.


🤷‍♂️ Pero ojo… a veces el curso no es el problema

Aquí viene la parte incómoda: también hay alumnos que fracasan aunque el curso sea bueno.
¿Por qué? Porque esperaban magia, no aprendizaje. Porque no hicieron las tareas, no pidieron ayuda, o simplemente no pusieron en práctica ni el 10% del contenido.

👉 El curso no es una varita mágica. Es un mapa. El que tiene que caminar eres tú.

¿Qué hacer entonces? No todos los cursos son una estafa

Y lo más triste es que, cuando realmente quieres aprender algo útil, acabas tan escarmentado que ya no confías ni en los cursos buenos.
Pero te aseguro que los hay. Cursos bien montados, con contenido potente, soporte real y resultados demostrables.

El problema es saber encontrarlos.

Pero no todo está perdido. Hay una forma de detectar los cursos que sí valen la pena, y es lo que te cuento paso a paso en mi guía principal.

Nada de fórmulas mágicas, ni discursos de gurú con fondo de puesta de sol.
Solo criterios claros, ejemplos reales y una checklist brutal que te puedes descargar para aplicar tú mismo.

👉 Aquí tienes mi guía personal para elegir un curso sin tragarte más humo.

Santiago Smith

Santiago Smith

Soy Santiago Smith, analista digital, nómada por elección y creador de Digital Talent. Escribo porque alguien tiene que decir las cosas como son, aunque incomoden. Sin filtros, sin humo y sin miedo a señalar lo que muchos prefieren callar. Si buscas verdades suaves, este no es tu sitio.

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